El Punto G es el
un punto del que todos hemos oído hablar, pero muy pocos han dado con él.
Es probable que cueste de encontrar incluso después de varias
sesiones, pero si vuestra mente es abierta a probar y la confianza fluye entre los dos, se puede. ¡Claro
que se puede!
En palabras técnicas se diría que el Punto G se localiza entre 2.5 a 7.6 cm desde la abertura vaginal y
la uretra (de ahí que el placer te hace creer que te harás pis) hasta la parte
frontal de la pared vaginal. Aunque sigue habiendo una ligera controversia
acerca de la propia existencia del susodicho punto y un desacuerdo en cuanto a
la definición y localización. Increíble pero muchos todavía desconfían de su
existencia.
Llamémoslo como queramos, pero haz por encontrar con tus
dedos en el interior de su vagina, a la vez que tocas suavemente el clítoris, esa
pequeña protuberancia que se hincha mientras la estimulas (que no se trata de
un interruptor que aprietas y ya está. Se ha de masajear con la tenacidad que
cada mujer requiera) y enloquecerá creyéndose al límite de la micción con un
espectacular e inacabable orgasmo, que incluso puede a veces emitir un fluido
de aspecto lechoso (propio de llamarse eyaculación) que no es ni semen, ni orina, ni tiene olor, ni sabor, ni
mancha, pero seguro que a ti te excita tanto como a mi recordarlo, y estará
preparada para continuar la sesión sexual de otras mil maneras.
Tal vez resulta difícil de localizar y estimular por una misma
(¡que pena!), salvo que se tengan unos dedos muy largos o un conducto de vagina
muy corto, pero bien, podemos servirnos de la generosa ayuda de un consolador o
un vibrador con un
perfil que se preste a ello. Luego tú eliges, aunque la sensación erótica que
se vive cuando te estimula tu pareja es difícil de encontrar en soledad.
Lo únicamente cierto es que todos los orgasmos valen. No se
debe pretender encontrar un prototipo si no vivir plenamente los tuyos e
intentar encontrarlos de mil maneras y por todos los medios.
Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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